Esta semana Greenpeace Chile realizó una actividad nunca antes hecha en la Región de Magallanes. Bajamos junto a dos buzos a las profundidades del mar, a unos 120 kilómetros de Punta Arenas, para registrar las condiciones en las que se cultiva el salmón en esta zona. Es inaceptable: desechos plásticos y redes, químicos, antibióticos, salmones muertos y toneladas de fecas terminan en nuestras aguas. Por eso, exigimos ¨ni una salmonera más en Magallanes¨

Hace unos días volvimos a Chiloé para recordarles a las comunidades que no están solas. Andrés y Marcela, dos chilotes que sufrieron la crisis en la Isla, se subieron a bordo de nuestro barco Rainbow Warrior III. Desde allí alertaron a los habitantes de Puerto Natales y Punta Arenas sobre la amenaza que representa más cultivo de salmón en Magallanes. Ya existen 114 concesiones de salmonicultura otorgadas, pero 343 se encuentran en trámite.

La Región de Magallanes todavía está a tiempo de impedir el avance de esta industria tóxica. Sus mares pueden convertirse en una montaña de basura. Y lo que es peor: en un nuevo desastre como el que vivió Chiloé. Es urgente, necesitamos una protección especial para evitar nuevas explotaciones de cultivo de salmón en el área. Nuestro mar es uno de los patrimonios más importantes y tenemos que protegerlo. No esperaremos a que explote otra crisis, debemos actuar ahora.

Somos totalmente independientes. No recibimos donaciones de empresas ni gobiernos. El aporte de cada una de las personas que nos apoyan es fundamental. Pero aún hay mucho trabajo por delante. Nos enfrentamos a una industria muy poderosa. Ayúdanos a salvar los mares del fin del mundo.

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Un abrazo.
Estefanía González
Coordinadora de Campañas de Greenpeace Chile